Función del tejido nervioso

La función del tejido nervioso es fundamental para el comportamiento del sistema nervioso. Son billones de neuronas y una infinidad de interconexiones que conforman el complejo entramado de comunicación neuronal.

Es decir, todas las células nerviosas, la base del sistema, se alojan en él.

¿De qué se encarga el tejido nervioso?

La principal función del tejido nervioso es ser receptor de los estímulos, tanto del medio externo como del interno. Con dicha información, debe generar una respuesta inmediata a través de los impulsos nerviosos.

Entonces, el tejido nervioso es el que da las instrucciones en el sistema. Percibe, conduce y establece la unión de los impulsos nerviosos.

Esta función del tejido nervioso ocurre gracias a las neuronas, las cuales son mayoría dentro del tejido nervioso. Son células especializadas para recibir estímulos químicos, mecánicos, térmicos, etc., a través de los receptores en sus terminales.

Después, los traducen en impulsos que van a los centros nerviosos. Posteriormente, dichos impulsos se propagan continuamente de una neurona a otra, hasta llegar al centro de mando. Allí es donde se perciben las sensaciones e inician las reacciones motoras.

En el tejido nervioso también están las células gliales. Estas no reciben ni transmiten impulso. Solo apoyan a la célula nerviosa principal, la neurona.

Otras tareas

Además de ser el puente entre el entorno y nuestro organismo, otra función del tejido nervioso es analizar la información que percibe.

De este modo, aumenta la capacidad de recepción y envío, al igual que la de respuesta del organismo. Formará patrones que viajen velozmente del cerebro al organismo y viceversa.

Las funciones que cumplen las neuronas también son responsabilidad del tejido nervioso. Es por ello que son la pieza más importante de todo el sistema nervioso y del organismo en sí.

Sin él, no seríamos capaces de hacerle frente a los estímulos del medio ambiente, ni adaptarnos a sus circunstancias.